15- Mientras me decía estas palabras, estaba yo con los ojos puestos en tierra, y enmudecido.
16- Pero he aquí, uno con semejanza de hijo de hombre tocó mis labios. Entonces abrí mi boca y hablé, y dije al que estaba delante de mi: Señor mio con la visión me han sobrevenido dolores, y no me queda fuerza.
17- ¿ Como, pues, podrá el siervo de mi Señor? Porque al instante me falto la fuerza, y no quedo aliento.
18- Y aquel que tenia semejanza de hombre me tocó otra vez, y me fortaleció,
19- y me dijo: Muy amado, no temas, la paz sea contigo, esfuérzate y alientate él me hablaba, recobre las fuerzas, y dije: hable mi Señor, porque me has fortalecido.-
Daniel 10: 14-19
Jesús te ama